Pascuala Lira
Sin límites hay movimiento, fluidez y color al igual que la vibración. Pascuala lo sabe y por lo mismo se desprende de la materialidad para permitirse salir del control. La interacción que establece a partir de lo ornamental, la composición por medio de recursos no lineales, la repetición y distorsión se rinden ante un ejercicio libre, sin tope de alcance.
¿Podrías contarnos un poco de la inspiración que da inicio a tu trabajo, y de cómo ha ido evolucionando a lo largo de tu carrera?
Mi trabajo siempre ha evolucionado en torno a lo ornamental. Al inicio de mi carrera había una figura central y lo decorativo se encontraba como un complemento, como el contorno. Entonces los motivos decorativos cada vez empezaron a tener más importancia, tomándose esta figura central, pasando por encima. Al final se queda solo lo decorativo contando una historia sin personajes principales, sino que dando importancia a lo que siempre había pensado como superfluo. Este es el punto de partida para desarrollar la materia y el color en la pintura.
¿Cuál es la importancia que le das al color en tus pinturas?
La investigación del color es algo enorme con que experimentar, siempre me sorprende. Me cuesta mucho, pero son de esos problemas buenos, esos que me ponen obsesiva para poder resolverlos. El color depende de muchos factores para que dé el resultado que tenía en mente entonces es algo que me desafía continuamente. Trato de trabajar con una paleta acotada pero en el camino van saliendo nuevos problemas que cambian las reglas. Quizá no es muy perceptible para el espectador pero las pequeñas variaciones en mi trabajo tienen detrás muchas pruebas y errores. Como trabajo con pintura tengo esa flexibilidad de tapar una y otra vez hasta llegar a un color que me haga sentido.
¿Cómo fue este tiempo de cuarentena y distanciamiento para tu trabajo?
Nunca dejé de trabajar, pero no en una obra final sino como una especie de entrenamiento. Como trabajo harto con óleo y pinturas tuve que cambiar a materiales más limpios como la acuarela, lápices y pasteles que eran compatibles para trabajar en mi casa. También tuve que adaptarme a tiempos más cortos de trabajo. El resultado fue como una bitácora para soltar la mano más que otra cosa, trabajos en pequeño formato. Es difícil en el caos familiar hacer cosas más elaboradas que eso.
¿En qué te inspiras actualmente?
Siempre estoy revisando referentes y buscando inspiraciones. La pintura mural del colonialismo novohispano es algo que nunca me ha dejado de sorprender. La libertad e ingenuidad de las formas que se repiten y terminan dominando los lugares. Me inspiro también en muchos pintores, en cómo trabajan la materia y cómo solucionan el color.
¿Tienes artistas contemporáneos o de la historia del arte que influencien tu trabajo?
Uff montones… Me gusta Marlene Dumas, que con una economía de recursos pictóricos logra algo muy potente. Me interesa mucho el trabajo de Kai Althoff por las libertades que se toma en su trabajo. Vivian Suter por su soltura en cuanto al color y montajes. Podría seguir eternamente ...pero por siempre Vuillard va a ser uno de mis preferidos.